Las aventuras erasmusianas de un trío de puristas

viernes, 6 de febrero de 2009

Viven! (en la 1208)

Días de vodka

Hola amigo de lo desconocido, en esta entrada voy a intentar hablar de lo que para mí ha significado vivir solo y de lo duro que (a veces) puede ser.
Resulta que, cuando empecé esta experiencia erasmus, todo eran sonrisas, compraba comida, lavaba mi ropa y era feliz en general.
Quién podía imaginar que, cuando uno está de entregas, estas cosas no se hacen solas, resulta que, a lo largo del último mes no he comprado comida ni he lavado mi ropa…
Esto a desembocado en una situación cercana a la muerte, no tengo ropa limpia, ni comida para comer, he enganchado cuatro días sin ducharme ni afeitarme y para más INRI, nos han cortado el agua caliente, si a esto le añadimos que no tenemos alcohol, que todos los platos están sucios y que el número de paquetes de tabaco vacíos hace mucho superó al de los llenos podréis ver que me encuentro en una auténtica situación de crisis…
Así se entiende que cuando un cura vino a nuestra habitación el otro día saliera corriendo y gritando palabras en polaco (supongo que significarían algo así como satanás sal de ese cuarto, aunque no podría asegurarlo) y es que ni los testigos de jehová se atreven ya a llamar a nuestra habitación.
Así, tras varios días comiendo nada más que sopas mi cerebro se ha embotado y hasta la tarea más sencilla empieza a resultar realmente compleja…
Además el problema es que cuando tienes un rato libre no puedes más que invertirlo en jugar al pro o meterte en el facebook para ver si cierto club de fans sigue creciendo…
En definitiva, que de esta semana no pasa, voy a ir al carrefour y me voy a comprar una madre (a como está el zloty ahora no será cara) porque estoy en una situación de emergencia (se han dado casos de escorbuto, anemia y pie de trinchera en mi habitación…)
En otro orden de cosas, tras el abandono del portugués (con abrazos y lágrimas incluidos) Pablo y yo volvemos a estar solos en la habitación, lo cual desemboca inevitablemente en una situación de estrés constante, cada vez que oímos el ascensor y pasos que se acercan empezamos a pensar que es el nuevo, nos atrincheramos tras los restos de una de las sillas de madera y preparamos los mecheros sin gas para lanzárselos al osado que venga a ocupar lo que es nuestro.
Esto es un sinvivir…

Atentamente, Alfonso.
PD Creo que podríamos cambiar el nombre del blog a algo así como “Días de Vodka y de vez en cuando algo de Borja”.

No hay comentarios: